miércoles, 17 de febrero de 2021

El arte románico

 El arte románico.




Los historiadores del arte comienzan a utilizar el término románico a comienzos del siglo XI y XII. Buena parte del mismo surgió en los monasterios que eran la sede del aprendizaje, creatividad y la riqueza. Bordados, tapices, estatuas, íconos, frescos y vitrales se utilizaban para decorar iglesias; también había manuscritos iluminados y los objetos litúrgicos como crucifijos, candelabros y cálices construidos de diferentes materiales ya sea metal,, esmalte o marfil. En realidad el concepto de románico surge por la estructura de las iglesias que estaban basadas en la propia estructura de la basílica

romana o sea con nave, ábside y naves laterales. La novedad ahora era en transepto que atravesaba la nave y un espacio que permitía a los fieles llegar al santuario o a las capillas laterales. Otra de la característica de este arte europeo y monacal fue la manifestación del desarrollo económico y cultural de Occidente que siguió al año 1000. Cubrió los siglos XI y XII y contó con rasgos comunes por toda Europa desde Escandinavia hasta el Mediterráneo. Esto se debió en gran parte al auge de las peregrinaciones  como las realizadas a Santiago de Compostela y a la expansión de la orden de Cluny. La Iglesia se sirvió de la narrativa y del simbolismo para trasmitir los mensajes de  la Biblia a sus congregaciones que eran mayoritariamente analfabetas y a los peregrinos itinerantes. 


El fresco La tentación de Cristo situado en su origen en la ermita de San Baudelio de Barlanga en Soria, España es el claro ejemplo de narración didáctica. Esta obra forma parte de un ciclo de frescos que adornaban el techo de la iglesia y destaca por sus colores claros y sus figuras estilizadas. Las figuras son estilizadas, la cabeza , los ojos, las manos y los pies son grandes y la expresión son similares a las bizantinas. 



El fresco representa la tentación de Cristo por parte del diablo en el desierto y está compuesto por tres episodios: primero el diablo tienta a Cristo que convierta las piedras en pan para saciar su  hambre, a continuación le sugiere a Cristo que salte desde una cima para que lo salven los ángeles y finalmente después de que el diablo fracase, los ángeles le proporcionan a Cristo alimentos luego de sus cuarenta días traumáticos.

La arquitectura románica.



Los elementos claves son el templo y el monasterio.

Las Iglesias.

Son de planta de cruz latina y en ellas el brazo longitudinal se halla dividido en tres naves que presentan en la cabecera ábsides semicirculares. También es frecuente la aparición de la Girola, nave nacida de la prolongación de las naves laterales tras la cabecera de la nave central.




Las bóvedas de cañón, realizadas en piedra, cargan sus enormes presiones sobre los muros, que por eso son muy gruesos y con vanos muy estrechos. En el interior, los pilares son cruciformes ayudan al muro a recibir las cargas, en el exterior los contrafuertes. El predominio de la masa sobre los vanos hace  que predomine la escasez de luz. Las portadas, son abocinadas y quedan enmarcadas por las jambas cuyos soportes adosados reciben las arquivoltas. Entre estas y el dintel de la puerta queda un tímpano semicircular decorado con relieves.



Los Monasterios





Típica manifestación románica que tiene como parte más original el claustro que es un patio porticado con base de arcos que cargan sobre las columnas.

La escultura y la pintura.




Están subordinadas a la arquitectura y tienen un fin didáctico, enciclopedia de piedra, ilustran en las principales verdades del cristianismo a una sociedad analfabeta.

La escultura huye del naturalismo y tiene gran carga expresiva se caracteriza por la rigidez y la simetría. El relieve se impone al bulto redondo y se concentra sobre todo en portadas y en capiteles. En los tímpanos decorados como los del templo griego, los relieves recogen temas apocalípticas como el Juicio Final.

La escultura exenta tiene como temas preferidos al Crucificado de cuatro clavos, rígido y omnipotente y la Virgen con el Niño concebida más como trono donde se sienta Dios, que como madre que se relaciona con su hijo. Junto con estos temas  también aparecen monstruos y fábulas y escenas de la vida diaria.

La pintura al fresco se concentra en bóvedas y ábsides. De colores planos, sin perspectiva ni movimiento, desarrollan expresionismo, simetría, rigidez y monumentalidad.


Solo para uso educativo.

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