viernes, 13 de octubre de 2017

Rafael Viñoly. Ficha 23.


RAFAEL VIÑOLY. 

 
Nació en Montevideo, Uruguay, hijo del director teatral y cineasta Román Viñoly Barreto y de la profesora de matemáticas María Beceiro.
Estudió en la Universidad de Buenos Aires, recibiendo su título de arquitecto en 1968; posteriormente realizó un Master en Arquitectura, en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo en 1969.
Ya en 1964 había creado el estudio de arquitectura Manteola-Petchersky-Sánchez Gómez-Santos-Solsona-Viñoly; pronto se transformaría en uno de los mayores estudios de Sudamérica. Construirían el Barrio Comandante Luis Piedrabuena.
En 1978 Viñoly y su familia emigran a los Estados Unidos. Durante un breve tiempo dicta charlas en Harvard Graduate School of Design, y se establece de manera permanente en Nueva York en 1979.
Funda Rafael Viñoly Architects PC en 1983. Su primer gran proyecto fue el John Jay College of Criminal Justice, finalizado en 1988. En 1989 gana un concurso internacional de diseño para el Tokyo International Forum; completado en 1996, muchos lo consideran el más importante centro cultural de Japón.
También fue uno de los finalistas en el concurso para la reconstrucción del World Trade Center.
Durante su larga carrera, Viñoly ha diseñado edificios en todo el mundo. Tiene oficinas en Londres, Los Ángeles, Abu Dhabi, Dubai y Bahrain.
Rafael Viñoly es miembro del American Institute of Architects, miembro internacional del Royal Institute of British Architects, miembro del Japan Institute of Architects y de la Sociedad Central de Arquitectos de la Argentina.
Proyecto
Aeropuerto Internacional de Carrasco


La nueva terminal del Aeropuerto Internacional de Carrasco, que sirve a la ciudad de Montevideo, capital de Uruguay, es el primer proyecto de aeropuerto de la empresa y el segundo edificio de Rafael Viñoly.
Se encargó a Rafael Viñoly Arquitectos ampliar y modernizar las instalaciones existentes con una espaciosa nueva terminal de pasajeros, para aumentar la capacidad y estimular el crecimiento comercial y el turismo en la región.
El diseño del edificio hace hincapié en sus zonas públicas y servicios, – incluyendo el hall lateral a la pista de aterrizaje, así como la plena accesibilidad a la terraza y hall de salidas – proporcionando a estos ámbitos una abundancia de espacios abiertos y luz natural, restaurantes, locales comerciales y vistas panorámicas, todos alojados bajo un techo suavemente curvo, de 1.000 pies (300 metros) de largo.
Las llegadas y salidas están separadas por plantas, con llegadas sobre el nivel del suelo, las salidas en el primer piso, y las vías de acceso vehicular que sirven a cada nivel independientemente.
Una terraza pública ajardinada ocupa la segunda planta por encima del nivel de salida, ofreciendo vistas de la pista y el hall principal. También ofrece un restaurante y un espacio adicional para otros usos comerciales o culturales.
Después de terminar el check-in y los procedimientos de seguridad, los viajeros que salen tienen acceso a free shops -tiendas libres de impuestos- y restaurantes en las zonas de espera.
Al llegar, los viajeros pasan a través de un entrepiso, totalmente acristalado que permite ver la pista y la terminal, de forma de orientarlos en su recorrido a la reclamación de equipaje, aduanas, inmigración, y el área de duty-free shops. Un atrio abierto al lado de la calle de entrada enlaza visual y espacialmente el inicio y la finalización de las etapas del recorrido del viajero, y abre la planta baja al monumental espacio de la sala principal.
El nivel de salida es un gran volumen, en consonancia con una larga tradición de los grandes halls de estaciones de transporte.
El acristalamiento en los cuatro lados y la delgada estructura de soporte permiten al techo flotar por encima de la construcción, y una trama de lucernarios circulares proporciona luz natural adicional.
Principales características:
• El techo curvo mantiene un bajo perfil en el paisaje.
• Uso estratégico de la iluminación natural y las vistas, guían a los viajeros a través del circuito de llegada o salida.
• El diseño destaca los espacios públicos, tanto para los viajeros como para los amigos y familia que los esperan o despiden.
“En Uruguay, los amigos y la familia todavía vienen a darle la bienvenida en el aeropuerto o a despedirlo”, dice Rafael Viñoly, “por lo que esta terminal ofrece grandes espacios para la gente que no viaja, así como para los que si lo hacen. El atrio, la sala principal, la terraza, y el hall para pasajeros hacen de este un lugar espectacular y acogedor para todos.”

Sus diseños cóncavos hacen que los vidrios de las ventanas de sus edificios actúen como lupas inmensas que aumentan en más de 20 grados la temperatura del lugar hacia donde apuntan, sus diseños han perjudicado a varios locales y establecimientos y hasta han atentado contra la vida humana. En el año 2010 un hombre salió con graves quemaduras en su cuerpo mientras tomaba sol en la piscina del hotel Vdara en Las Vegas.234​ En el 2013 frieron huevos en una calle londinense con los reflejos de uno de sus edificios llamado Torre Fenchurch 20 y apodado "Walkie Talkie" que además derritió parcialmente un automóvil marca Jaguar. Los rayos solares que reflejan amplificados sus edificios son denominados popularmente "Rayos de la muerte" en referencia a la Estrella de la muerte en la saga de Star Wars.567


​En 2019 estaría terminado el primer edificio corporativo diseñado por el arquitecto Rafael Viñoly en Palermo, frente a la rambla. Contará con dos subsuelos para estacionamiento, 17 pisos de oficinas que van desde los 500 a 1.000 m2 y un último piso destinado para una terraza panorámica. La iniciativa llevada a cabo a través IntegratedDevelopments abarca toda la cadena de valor del desarrollo inmobiliario: desde la adquisición del terreno hasta la comercialización.

Nueva York.EFE. El gran lujo residencial tocará el cielo de Manhattan con la firma del arquitecto uruguayo Rafael Viñoly, quien diseñó una torre cuadrada y delgada de 425 metros que se convertirá en el edificio de apartamentos más alto del continente americano.
Ubicado en la esquina de Park Avenue con la calle 57, este edificio cambiará por completo el horizonte de Nueva York en 2015, cuando sus 96 pisos estén completamente acabados y repletos de inquilinos privilegiados que disfrutarán de unas espectaculares vistas que abarcan la ciudad entera, afirmó a EFE el arquitecto Rafael Viñoly, nacido en Montevideo en 1944.
Según explicó, el proceso de diseño no se basó en crear un edificio “superalto” sino que fue el resultado de intentar crear una construcción “lo más eficiente posible ” .
“La exclusividad es lo que me vino a la mente inmediatamente”, confesó el arquitecto uruguayo, ya que cuando lo diseñó pensó “en un tipo de riqueza que ni siquiera se conoce, de la que no se lee en los periódicos” , agregó el arquitecto.
Estar tumbado en el sofá disfrutando de unas privilegiadas vistas al río Hudson o a Central Park, o tomar un baño contemplando desde lo más alto la ciudad de los rascacielos son algunas de estas “exclusividades” a las que se refiere Vi
Pese a que los precios de los apartamentos oscilan entre los $7 millones y los $95 millones de los grandes áticos, desde que se lanzó oficialmente el proyecto en marzo pasado, se han recaudado unos $1.000 millones en ventas.
Entre estos compradores de lujo predominan los estadounidenses, aunque también figuran clientes de América Latina, Oriente Medio, Reino Unido, China y Rusia.
La obra. La torre, denominada 432 Park Avenue, destaca por tener enormes ventanales, techos altos y un diseño interior exquisito.
Así, el edificio de Viñoly superará los edificios de oficinas que hasta ahora habían coronado el cielo de Manhattan: la Torre de la Libertad, que se construye en la zona donde estuvieron las Torres Gemelas y que alcanzará 541 metros, pero 417 metros sin su aguja; y el icónico Empire State que logra los 443 metros, aunque solo 318 metros sin su aguja.
La trayectoria profesional de Viñoly empezó en 1964 cuando fundó en Buenos Aires uno de los estudios de diseño más importantes de Latinoamérica y años más tarde, en 1979, se estableció en EE. UU.
OUTHAMPTON, EE.UU..- La escena no podría ser más emblemática del sueño de una mañana en los Hamptons: la casa rural de 1680 sobre un lago interior; el ciervo que cruza a los brincos por el camino de acceso; el dueño de casa, en pantalones pinzados y camisa blanca de algodón, trayendo un café con aroma a recién molido. Su mujer, en caftán oriental, prepara el desayuno. El hijo y otros muchachos que parecen sacados de una propaganda de Abercrombie&Fitch comparten una charla de tenis.
Pero el protagonista de la historia no tuvo antepasados que descendieran del Mayflower, sino que es un uruguayo educado en la Argentina. Su nombre: Rafael Viñoly. Se trata de una de las superestrellas de la arquitectura global, que acaba de volver de controlar proyectos en Shanghai e hizo, el viernes, un breve paso en Los Angeles. El domingo por la tarde ya se lo podrá encontrar en su oficina. Pero a este sábado, sagrado para su casa, familia y amigos en Water Mill (un pequeño balneario pegado al pueblo de Southampton ), sólo lo interrumpe para charlar con LA NACION



-Estás haciendo la torre más alta de Manhattan...


-Sí, una torre tranquila, pero con mucho lujo. Del tipo de lujo que desapareció de Nueva York. Si vas a los edificios de comienzos del siglo XX de Manhattan, éstos eran el emblema mundial de la edificación en altura de máxima calidad. Después los americanos se volvieron medio crotos. Ves pisos que se venden en fortunas con techos bajos, paredes finitas, plantas muy malas....
-¿Te gustaría volver a esa suerte de Edad de Oro?
Lo que quiero es crear un lujo que no exista en otras partes. Cada unidad va a tener vistas de 360 grados, cielorrasos de 3,40 metros de altura y abajo oficinas, restaurantes, piscinas, tiendas, lugar para huéspedes y servicio, sólo para residentes. La ventaja es que el edificio es como una gran canasta exterior, con un espacio interior central que permite que cada piso sea diferente. Porque la gente que gasta esta plata después quiere traer a su propio diseñador y hacerlo único.



-¿No vas a tener problemas con los americanos por el simbolismo de una torre más alta que la que reemplaza a las Torres Gemelas?
-¡Son las ventajas del libre mercado! Acá todo es posible si tenés la plata y el respaldo legal para hacerlo. Daniel Libeskind (quién ganó el concurso original para el edificio donde estaban las torres) hizo todo un melodrama, pero la realidad es que no se puede hacer un monumento con un objeto del mercado inmobiliario como él pretendió. Por eso es que nuestro proyecto para Ground Zero estaba bien y el que está en ejecución está mal. Un completo fracaso.
-También estás con proyectos de vivienda social. ¿Te gusta más construir para los ricos o para los pobres?
-Te diría que los extremos son los que me parecen los más interesantes en la arquitectura y son los dos mercados más importantes. Es una cuestión de ductilidad, de hacer lo mejor que puedas con los recursos dados. Es muy difícil, para desarrolladores privados, sacar un rédito económico de lo que es vivienda de bajos recursos, pero es posible. Es la forma de que se construya, para todos, con gran eficiencia en cada unidad. El problema que tenés en Estados Unidos, y que posiblemente se vuelva una tendencia mundial, es que te exigen consultores para cada parte del proceso de un edificio. Eso encarece mucho y no te deja tener una verdadera ascendencia como arquitecto. En la vivienda que se busca que sea muy económica, esta multiplicación de consultores se vuelve un obstáculo.
-Pasando al Cono Sur, ¿qué pasó finalmente con el puente de José Ignacio?
Y...se aprobó.
-¿Y entonces?
- El puente es una contribución que hice al gobierno uruguayo. No había otra manera. Te aclaro que yo estaba en contra del puente. Pero más que en contra del puente, estaba en contra de la continuación de la ruta 10 (Interbalnearia que va recorriendo la costa pegada al mar). Ese es el problema más importante de planeamiento que ha tenido la costa uruguaya, por esta idea de que la calle y el mar son dos cosas inseparables cuando es exactamente lo contrario. El acceso a la playas tiene que ser puntual y correr de manera perpendicular a ellas, no a lo largo de ellas como se hizo en Uruguay.
-¿Y tu puente cómo será?

- Es como un gigantesco rond point en el medio de la laguna. Se puede bajar del otro lado, pero fuerza a disminuir la velocidad. El acuerdo que conseguimos fue la desafectación de la ruta 10. Del otro lado del puente ya no es más una ruta nacional. Hay una ruta nacional, la ruta 9, pero está mucho más lejos de la playa, y el acceso a la costa desde ésta será en la forma de peines, con los accesos perpendiculares.
-¿Perpendicular como en los Hamptons?
-Mirá, de Robert Moses [el urbanista norteamericano de mediados del siglo XX] se podrán decir muchas cosas y fue muy polarizador, pero con el planeamiento que hizo para cuidar el acceso a las playas de Nueva York se pudo preservar el clima y las cualidades naturales de la zona, a pesar de una densidad de población única. Acá no vas a ver ningún edificio de 14 pisos sobre la playa. En Punta del Este, ¿por qué todo el mundo quiere vivir en José Ignacio? ¡Porque es lo que más se parece al Punta del Este de los años 30! Los argentinos que van ahí sólo por las vacaciones no se dan cuenta de la perspectiva histórica. Los uruguayos tienen que hacerlo, para que se vuelva un país destino.

-¿Cómo es tu verano acá en Water Mill?
-A esta propiedad la compramos hace mil años, a China Machado, la supermodelo de los 60 que Richard Avedon llamó "la mujer más bella del mundo", amiga de Warhol y de Picasso. Como el acceso a los Hamptons es muy limitado, la gente se hace la fantasía de que es un balneario de fiestas permanentes que ven en los medios. Para nada. Es muy tranquilo, los restaurantes cierran temprano y se mantiene una densidad muy baja de población. A la playa voy poco, pero tengo una linda pileta. Toco mucho el piano en un pequeño auditorio que me acondicioné en el fondo del jardín. Y está este lago con bosques muy raro, que hace que uno se sienta en Escandinavia. Por primera vez ahora tenemos también una casa en Punta del Este. Es a la altura de La Barra. Si pudiéramos repetir esta paz, sería ideal.

Un café intenso y recién molido

SOUTHAMPTON, EE.UU.– Rafael Viñoly es un amante del café. Recién hecho y molido por él mismo, por supuesto. Esta bebida siempre lo acompaña, pero lejos de tomarla cómo solemos hacerlo en el Sur, con leche y azúcar o edulcorante, él lo prefiere negro, bien intenso. Tan arraigado tiene su hábito que mirará "horrorizado" a esta cronista cuando le ponga un terrón a su propio cafe.
http://www.lanacion.com.ar/1609149-rafael-vinoly-quiero-crear-un-lujo-que-no-exista-en-otras-partes
El Puente en Garzon.
Antes de terminar el 2015, Eduardo Costantini invita a un grupo de periodistas de distintos medios a asistir a la inauguración de su puente sobre la Laguna Garzón, en Maldonado, Uruguay. Viajamos e su avión privado hasta el aeropuerto El Jaguel y una van nos lleva hasta José Ignacio. El clima no ayuda, tremenda tormenta que sacudió más de la cuenta en el lear jet inunda todo. Desde nuestro mirco vemos al Pepe Mujica mojarse en la ruta. Llegamos a una carpa en la que parecía estar todo el Uruguay. Imposible ver a Costantini y al prometido Rafael Viñoly, el lápiz de oro que concibió un puente que parece una rotonda.



Frustrados, partimos para el club house de Las Garzas, el emprendimiento de 200 hectáreas que Costantini tiene a 18 kilómetros de la laguna. De hecho, la construcción del puente es la gran jugada de Costantini para vincular Las Garzas con José Ignacio y Punta del Este, una conexión que durante 50 años pareció imposible.



Costantini nos recibe radiante, afuera sigue lloviendo como si no lo hubiera hecho nunca. Lo primero que nos dice es que el puente es una de las obras más importantes de su empresa. Viñoly brilla por su ausencia. Su idea para cruzar Laguna Garzón no es nada común, no es una mera conexión entre dos puntos, describe una circunferencia que permite una vista panorámica hacia el mar y hacia la laguna. Semejante excentricidad obedece a una razón bastante obvia: crear una obra icónica, memorable. Sin embargo, preferimos escuchar la justificación de boca del desarrollador.



–¿Qué buscaba con una arquitectura tan singular? 
 



–El proceso fue de tal manera que terminó con la pieza como hoy la conocemos. Una obra icónica y amigable con el público gracias a un paseo peatonal interior y exterior que la convertirá en un lugar de destino más que una conexión entre las dos costas.

Otras obras.
 Solo para uso educativo.
Fuentes:
Wikipedia y links mencionados en el texto.

viernes, 6 de octubre de 2017

Carlos Ott. Principales obras. Ficha 22


Carlos Ott se graduó en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República (Uruguay) en el año 1969, a la edad de 23 años.

En 1971 fue a Estados Unidos a completar su formación, en usufructo de una beca otorgada por el Programa Fulbright, estableciéndose en Toronto (Canadá) en 1975. Es autor de numerosos y destacados proyectos arquitectónicos en varios países del mundo. Se hizo famoso por ganar, entre más de setecientos proyectos, el concurso internacional para construir el edificio de la Ópera de la Bastilla de París.


Inaugurada el 14 de julio de 1989, fecha del bicentenario de la Revolución francesa, la arquitectura de la Ópera de la Bastilla está marcada por la transparencia de las fachadas y por el empleo de materiales idénticos tanto en el interior como en el exterior. Con sus 2700 localidades de una acústica homogénea, sus equipos de escenarios únicos, sus talleres integrados de decorados, vestuarios y accesorios, sus salas de trabajo y de ensayos, constituye el primer gran teatro moderno.






Tras el éxito de París, su vida cambió radicalmente; su labor como arquitecto asociado en una de las compañías canadienses más importantes del hemisferio norte llegó a su fin y se inició un nuevo camino personal. Hoy, Carlos Ott es dueño de una compañía que cuenta con más de sesenta profesionales a cargo y tiene cinco oficinas en el mundo: Quebec, Toronto, Shanghái, Dubái y Montevideo; una empresa que sólo en 2006 ha puesto en marcha más de diez proyectos internacionales que comprenden torres residenciales en India y Singapur, hoteles y centros comerciales en Dominicana, Canadá, Dubái y Argentina, entre otros.

Obras

    1989, Ópera de la Bastilla, París
    1995, Edificio de la Terminal de pasajeros del Aeropuerto Internacional de Ushuaia Malvinas Argentinas

    1997, National Bank de Dubái

    1997, Aeropuerto Carlos Curbelo de Punta del Este

    




2000, Libertad Plaza, Buenos Aires
    2002, Torre de las Telecomunicaciones, Montevideo
    2012, Hotel Boca by Design Suites, Buenos Aires

    2012, Sede Pinamar de la Universidad Argentina de la Empresa, Pinamar
    2016, Hotel Las Américas Golden Tower, Panamá




El Complejo Torre de las Telecomunicaciones, también conocida como Torre de ANTEL o Torre de las Comunicaciones, es la sede de la compañía estatal de telecomunicaciones. y fue proyectado por el reconocido arquitecto Uruguay. Se encuentra en el barrio Aguada de la ciudad Montevideo. Fue terminado de construir en 2002. Es el edificio más alto del país.
Es un edificio de estilo futurista, y uno de los que integra el complejo, finalizado en 2002. El mismo fue realizado bajo duras críticas, especialmente por la inversión final que requirió el proyecto.
Domina la zona de la ampliación del puerto de Montevideo con una silueta característica y es visible desde muchos puntos de la ciudad.
El complejo posee cuatro edificaciones: la propia Torre de las Telecomunicaciones, el Edificio de Clientes, el Museo de las Telecomunicaciones y el Auditorio. Entre estos edificios hay una plaza con esculturas..
El edificio principal lleva el nombre del artista Joaquin Torres García. Tiene un área total de 19.459 m², mide 157.6 m de altura y consta de 35 plantas. Se compone de dos volúmenes, uno más bajo que se detiene en el piso 27, con su fachada curva hacia el sudeste, y otro más alto en forma de prisma triangular, cuyos lados forman un ángulo de 33 grados y cuya otra cara se curva a partir del piso 23 hasta culminar en el vértice superior.
El destino del edificio se distribuye de la siguiente forma:
  • Planta baja y dos niveles donde se encuentra el sector operativo de informática.
  • Niveles 4, 27 y 28 para áreas técnicas.
  • 18 plantas para oficinas.
  • 3 plantas para Directorio y Presidencia.
  • Piso 26 destinado a mirador público, al que se accede por un ascensor panorámico sobre la fechada oeste.
  • 7 niveles de doble altura para antenas y equipos de telecomunicaciones.
El Edificio de Clientes tiene 5.437 m² en 6 niveles, con 24 m de altura. Los dos primeros niveles están dedicados a la atención al público, los pisos 3 y 4 están destinados a las actividades de capacitación del personal y en el piso 5 se ubica un restaurante y cafetería, con cocina y área de mesas. En el piso 6 hay una terraza.
El Complejo Cultural de la Torre de las Telecomunicaciones es un conjunto de edificios y espacios exteriores que conforman una propuesta que integra la tecnología y el arte con el patrimonio histórico nacional.
Las posibilidades de servicios y esparcimiento que brindan las instalaciones, permiten ofrecer desde video conferencias, realizar lanzamientos empresariales y eventos culturales, hasta paseos didácticos y de esparcimiento para los visitantes y publico en general.
Las variadas propuestas que incluyen desde experimentar la tecnología de una forma dinámica, interactiva y divertida, hasta admirar la realización de los alumnos de la Escuela Torres García, consideradas Patrimonio Histórico Nacional.
Todo ello puede complementarse con el disfrute de los jardines y la plaza, que incluye un Anfiteatro al aire libre, el que cuenta con camarines y una perfecta acústica, así como tener una única y excepcional vista de toda la ciudad en el mirador panorámico del Nivel 26 del edificio Torre a 160 metros de altura.
Alguna de estas instalaciones como el Auditorio Mario Benedetti, la Sala Idea Vilariño y el Mirador Panorámico, pueden ser usadas por organizaciones privadas a través del arrendamiento para eventos puntuales o programas más estables. El Auditorio en particular, ha incorporado las más recientes tecnologías, posibilitando utilizar sistemas de comunicación como la línea telefónica, fax, conexión a Internet y red informática, desde las propias butacas.



"A los 24 años, Carlos Ott, recién salido con su título de la Facultad de Arquitectura se fue primero a Estados Unidos y luego a Canadá, donde se radicó en 1975. Eso ha hecho que algunos lo consideren un arquitecto canadiense; se equivocan es uruguayo. Su firma está en proyectos muy importantes de todo el mundo. El primero y más notorio fue la Ópera de la Bastilla en París para la que su proyecto fue elegido por el propio François Mitterrand en los 200 años de la toma de la Bastilla. Hace veinte años, ganó el concurso para la Opera Jiang Su en China. Su obra es muy notoria y su sello se distingue en edificios de gran porte en ciudades como Dubai (donde hizo el imponente Banco Nacional) Manila, Abu Dhabi, Buenos Aires y Toronto. En 1992 abrió una oficina en Montevideo y desde entonces ha estado vinculado a varios proyectos nacionales. El primero fue el aeropuerto de Laguna del Sauce en Punta del Este pero también realizó el proyecto de la torre de Antel. Recientemente ha estado detrás de proyectos inmobiliarios tanto en Montevideo como en Punta del Este y ahora en el balneario San Francisco. Su vida pasa, básicamente en aviones, ya que tiene oficinas en varias partes del mundo. Es el arquitecto uruguayo con más renombre internacional. Consultado sobre cómo cree que será recordada su obra, fue cauto pero bien claro: “Lo que me gustaría creer es que cada proyecto mío es un proyecto hecho para ese lugar, para ese momento y para ese cliente", dijo a El País.

Conclusión:

Carlos Ott es un arquitecto uruguayo-canadiense nacido el 16 de octubre de 1946 en Montevideo, Uruguay. Se graduó en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República de Uruguay en 1969, a la edad de 23 años. En 1971, se trasladó a Estados Unidos para completar su formación gracias a una beca otorgada por el Programa Fulbright, y se estableció en Toronto, Canadá, en 1975. En 1976, adquirió la ciudadanía canadiense.

Entre sus obras más notables se encuentran la Ópera de la Bastilla en París, el Edificio Libertad Plaza en Buenos Aires y la Torre de las Telecomunicaciones en Montevideo.

En Uruguay, una de sus obras más emblemáticas es el Complejo Torre de las Telecomunicaciones, también conocida como Torre Antel. Este complejo es la sede de la Administración Nacional de Telecomunicaciones y fue terminado en 2002.



El Complejo Torre de las Telecomunicaciones es un conjunto compuesto por seis edificios y diferentes espacios públicos. El elemento más visible del complejo es la torre de acero y cristal que alberga las oficinas de Antel. Con sus casi 158 metros de altura, actualmente tiene el título de ser el edificio más alto de todo Uruguay. Cuenta con un mirador panorámico en el nivel 26 que brinda una espectacular vista de toda la bahía, el puerto y la ciudad de Montevideo.

El diseño del complejo fue concebido como punto de partida para la renovación urbanística del barrio La Aguad. La arquitectura del complejo está marcada por la transparencia de las fachadas y por el empleo de materiales idénticos tanto en el interior como en el exterior. Además del edificio principal, el complejo incluye instalaciones adyacentes y los distintos Auditorios, así como un moderno centro de convenciones y un museo interactivo de las telecomunicaciones.

 Algunas de las obras más notables de Carlos Ott en todo el mundo:

  1. Ópera de la Bastilla, París, Francia (1989)
  2. Aeropuerto Internacional de Ushuaia Malvinas Argentinas, Argentina (1995)
  3. Simcoe Place, Toronto, Canadá (1995)
  4. National Bank, Dubái, Emiratos Árabes Unidos (1997)
  5. Aeropuerto Carlos Curbelo de Punta del Este, Uruguay (1997)
  6. Punta Shopping de Punta del Este, Uruguay (1997)
  7. Libertad Plaza, Buenos Aires, Argentina (2000)
  8. Torre de las Telecomunicaciones, Montevideo, Uruguay (2002)
  9. Hotel Boca by Design Suites, Buenos Aires, Argentina (2012)
  10. Sede Pinamar de la Universidad Argentina de la Empresa, Pinamar, Argentina (2012)
  11. Hotel Las Américas Golden Tower, Panamá (2016)

Además, ha diseñado varios otros proyectos arquitectónicos en países como India, Singapur, República Dominicana, Canadá y Emiratos Árabes.

La obra más grande de Carlos Ott es el Waldorf Astoria en Miami, que será la torre más alta de toda Florida. Este proyecto incluirá un hotel de cinco estrellas, residencias privadas, restaurantes y tiendas de lujo. La torre tendrá 81 pisos y estará ubicada en la Bahía de Biscayne.

Carlos Ott tiene varios proyectos futuros en diferentes partes del mundo. Algunos de ellos son:

  1. Jade Park: Un impresionante complejo residencial ubicado en el corazón de Asunción, Paraguay. Esta majestuosa estructura de vidrio y acero se ha convertido en un símbolo de modernidad y elegancia en la capital paraguaya1.
  2. Edificio More del Sol y Edificio Corporativo de Toyotoshi S.A.: Estos son otros proyectos emblemáticos en Paraguay que están siendo diseñados por Carlos Ott.
  3. Unkanny y Unkanny Country: Estos son dos proyectos en Mar del Plata, Argentina. Unkanny es un edificio ubicado en Alem y la costa, mientras que Unkanny Country es un barrio privado ubicado al norte de Mar del Plata, frente a la costa.
  4. Dimora Park y Dimora Lake: Estos son dos proyectos residenciales en Orlando, Estados Unidos. Dimora Park es un barrio cerrado de 54 viviendas, mientras que Dimora Lake es un proyecto de unidades pequeñas.

Carlos Ott ha diseñado otros proyectos en Argentina. Algunos de ellos son:

  1. Libertad Plaza: Este es un edificio de oficinas ubicado en Buenos Aires.
  2. Madero Harbour: Este es un complejo de usos mixtos ubicado en el Dique 1 de Puerto Madero. Dentro de este complejo, se está construyendo la Harbour Tower, un proyecto diseñado por Ott que promete distinguirse en el skyline de Buenos Aires.
  3. Hotel Boca by Design Suites: Este es un hotel ubicado en Buenos Aires.


Estos proyectos reflejan la versatilidad y el talento de Ott para crear diseños arquitectónicos impresionantes.

La obra de Carlos Ott en la Fundación Atchugarry, conocida como el Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry (MACA), puede definirse como un gran espacio multiuso.  Características:

  1. Diseño: El edificio tiene un diseño único con una superficie triangular alabeada que cubre la conexión acristalada con la Sala de Exposiciones existente. Su techo ondulado, realizado en madera de eucalipto uruguaya tratada en Francia, se asemeja a una nave o un arca, con la proa mirando al atardecer.
  2. Materiales: Para la construcción del edificio se utilizó la especie de eucalipto red grandis. Además, cuenta con una estructura de madera laminada con techos de metal1.
  3. Espacios: El museo consta de una amplia superficie y cuenta con cuatro salas de exposiciones, una sala multifuncional y una sala de cine. Un espacio espacioso y curvilíneo alberga las esculturas, mientras que un prisma íntimo e introvertido encierra el espacio para las pinturas.
  4. Ubicación: El museo está ubicado en Manantiales, Maldonado, Uruguay.
Ver:
www.elpais.com.uy/vida-actual/carlos-ott-mi-uruguay-importante.htm

 

 

Solo uso educativo.

Ver: Wikipedia.
 


 




   


jueves, 5 de octubre de 2017

Pablo Atchugarry. Escultura Ficha 21.

Pablo Atchugarry (1954)





 Ver http://galeriasur.com.uy/portfolio/pablo-atchugarry/

"Pablo Atchugarry nació en Montevideo, Uruguay en 1954. Su padre Pedro, amante del arte y discípulo de Joaquín Torres García, percibe sus  aptitudes e intereses  y  lo estimula  a entrar en el campo de la pintura.  A los 11 años expone sus primeras obras. En su adolescencia se  inicia en la escultura, compone con el cemento, crea composiciones en metal y madera. En  1972, realiza su primera exposición individual  en la Sala Cívica de Montevideo y dos años más la primera en el exterior, en  Buenos Aires. A finales de los años 70 efectúa diversos viajes de estudio a Francia, España e  Italia, donde realizará en 1978 su primera muestra individual en Lecco. En 1979 realiza en Carrara su primera escultura, “La Lumière”. Regresa regularmente a su país natal, y  en 1982 decide establecerse en Lecco, debido al encargo de la obra “La Pietà”,  de la Basílica San Nicolás en Lecco.  Desde 1989 realiza importantes esculturas  hoy situadas en diversos espacios públicos europeos y latinoamericanos, así como en colecciones privadas y públicas. En 1996 se inaugura en el Parque del Palacio de Gobierno del Uruguay, “Semilla de la Esperanza”,  obra realizada en mármol de Carrara de 3,90 metros de altura.  En 2000 realiza el “Obelisco del Terzo Millennio”, escultura en mármol de Carrara de seis metros de altura, en la ciudad de Manzano, Udine. En el 2002 realiza la escultura “Ideali”,  de 3 metros de altura, colocada sobre la Avenida Princesse Grace en Monaco, en homenaje a los cincuenta años de reinado. También se inaugura el “Monumento alla civiltà e cultura del lavoro lecchese” en la glorieta del Caleotto, Lecco, esculpido en un bloque de 33 toneladas de mármol de Carrara, con una altura de 6,10 metros. En Carrara recibe el “Premio Michelangelo”, en reconocimiento a su carrera artística. En el 2003 representó al Uruguay en la 50ª Bienal de Venecia con la obra “Soñando la paz”, con un grupo escultórico formado por cinco elementos en mármol de Carrara y Bardiglio de la Garfagnana. En el 2005 tuvo lugar la exposición en el Museo Nacional de Bellas Artes en Buenos Aires. Entre 2007 y 2008 realiza en una muestra retrospectiva en Brasil, “El espacio plástico de la luz”  y en el  Museo Nacional de Artes Visuales de Uruguay. En el año 2009 realiza la obra “Luz y Energía” de Punta del Este en un único bloque de mármol de Carrara de cinco metros de altura. En 2011, después de siete años de trabajo, termina “Abbraccio Cosmico”,  realizada en un bloque de mármol de 56 toneladas y 8,5 metros de altura.  Realiza primera exposición individual en Nueva York, en la Hollis Taggart Galleries, con texto crítico de Jonathan Goodmann. En el 2012, la asociación Times Square Alliance selecciona su escultura “Dreaming New York” para ser expuesta en Times Square durante la feria de arte The Armory Show Art Fair de Nueva York. En  2014 instala en Kallo-Beveren, Bélgica, la escultura “Movimento nel Mondo”, de 8,35 metros de altura. Entre el 2015 y principios del 2016 se celebra en el Museo de los Foros Imperiales, Mercado de Trajano de Roma, la exposición “Pablo Atchugarry: Città eterna, eterni marmi” con más de cincuenta esculturas.  Su obras se encuentran en: Museo Nacional de Artes Visuales, Montevideo (Uruguay); Museo del Parco, Portofino (Italia); Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires (Argentina); Galleria d’Arte Moderna Raccolta Lercaro, Bolonia (Italia); Colección de la Provincia di Milano, Palazzo Isimbardi, Milán (Italia); Colección de la Provincia di Lecco, Lecco (Italia); Fundació Fran Daurel, Barcelona (España); Museo Groeninge, Brujas (Bélgica); Museu Coleção Berardo, Lisboa (Portugal); Pérez Art Museum, Miami (EE. UU.); The Patricia & Phillip Frost Art Museum, Miami (EE. UU.); Chrysler Museum of Art, Norfolk (EE. UU.); Museu Brasilero da Escultura, São Paulo (Brasil).

Pablo Atchugarry es un artista uruguayo que reside en Italia y está triunfando a nivel internacional. Como él mismo confesó, esta: “Es seguramente la exposición más importante que he realizado en mi vida y me siento honrado“.
Se trata de una exposición de esculturas de gran magnitud, son 40 obras, que fueron realizadas casi en su totalidad en mármol de Carrara, y también en bronce y mármol rosado de Portugal. Las obras estarán instaladas al aire libre en el mercado de la antigua Roma, que tiene vista al Coliseo.
Hace más de treinta años que el artista vive en el norte de Italia, el valor de sus obras va desde 18.000 dólares hasta 1 millón.
Claudio Parisi, director de Bienes Culturales de Roma, comentó que “Aquí hay mármoles que han pasado a ser eternos por la belleza que desvelan. Mármoles eternos en los que parece inspirarse Pablo Atchugarry, cuyas imágenes surgen de líneas esenciales en las que basta un elemento mínimo, un pequeño fragmento, una alusión, un pliegue, para traer a la memoria un peplo griego o una toga romana”.
Ciudad eterna
El título que lleva la muestra del artista es “Pablo Atchugarry, Ciudad Eterna, mármoles eternos”, y sus obras permanecerán expuestas hasta el 7 de febrero de 2016.
La exposición se encarga de recorrer a través del mármol de Carrara el Renacimiento de Miguel Ángel, pasando por el Barroco de Bernini para finalmente llegar a nuestros días.
Atchugarry ha sido reconocido con diversos e importantes premios a nivel internacional, y estuvo encargado a la vez de crear una obra especial para el pabellón de Uruguay en la Exposición Universal de Milán 2015, inspirada en el tema de la alimentación del planeta. El nombre de la obra es “La vida después de la vida”, tiene 5 metros y fue tallada en madera de olivo de 800 años de antigüedad.
La obra de este artista es reconocida a nivel mundial, y sus piezas están desde la parada 1 de la Mansa en Punta del Este, hasta la avenida Princesa Grace en Montecarlo, en Mónaco.


Es probable que cuando uno ve una obra del escultor de 60 años no sea del todo consciente del trabajo que requiere esculpir mármol. Implica un desgaste tanto psicológico como físico. Los bloques de materia prima son levantados por grúas que llegan a soportar hasta 3.000 kilos, para luego, con tapabocas y protectores para oídos, darles forma usando amoladora y martillo.

Utilizando este noble material, Atchugarry ha hecho grandes obras, como La lumière y La piedad, esta última esculpida entre 1982 y 1983. “Cuando realicé mi Piedad, quise de alguna manera, hacerle un homenaje al gran escultor que fue Miguel Ángel y a la temática que lo acompañó a lo largo de su vida”, dice Atchugarry en la página web de su fundación homónima, situada en la ruta 104.
La Fundación Pablo Atchugarry fue inaugurada en 2007 como un espacio para que artistas y público en general puedan intercambiar, promover y difundir las manifestaciones artísticas. La entrada es gratuita y en el predio hay un parque de esculturas con obras propias del autor y de otros artistas.


Pero su arte ha trascendido las fronteras de Uruguay y creado un puente entre Europa y América, con exposiciones y obras en varios museos de distintas partes del mundo.
Por Europa
Desde el viernes 22 de mayo de 2015 hasta el 7 febrero de 2016, el escultor presentará una retrospectiva llamada Pablo Atchugarry. Città Eterna, eterni marmi en el Museo de los Foros Imperiales y Mercado de Trajano de Roma. La exposición nace como un proyecto del escultor y de Sylvia Irrazábal, directora de Cultura del Instituto Ítalo-Latino Americano. Consiste en una selección de 40 obras, 10 de ellas monumentales y que serán expuestas al aire libre, casi todas esculpidas en mármol de Carrara.
Esta exposición, como bien evoca su nombre, recorre a través del mármol de Carrara el Renacimiento de Miguel Ángel, pasa por el Barroco de Bernini y finalmente llega a la actualidad. Una recorrida a través de la historia del arte y del mármol mismo.

El complejo arquitectónico donde se apreciarán las obras contará con cuatro pisos en perfecta armonía. Las habitaciones de cada nivel contienen pequeñas composiciones en mármol de Carrara, así como también en la última técnica del artista, que es el bronce pintado.
Como dice el comunicado de la muestra: “Admirando las obras monumentales, que para la ocasión se expondrán en el exterior, se entiende por qué ese camino que se emprendió hace más de dos mil años tiene su conclusión lógica aquí”.
Asimismo, en otra ciudad italiana importante, Milán, se podrá apreciar la obra de Atchugarry. En el marco de Expo Milán 2015, que se desarrollará entre mayo y octubre en la ciudad del norte de Italia, el escultor creó una pieza especial para el pabellón de Uruguay.
Se trata de La vida después de la vida, una pieza de 5 metros que está apoyada en una base circular de 2 metros de diámetro en acero, el cual indica su nombre en cinco idiomas. La obra fue tallada en una madera de olivo de 800 años de antigüedad que el mismo Atchugarry encontró en un vivero italiano y que, después de muchos años, trabajó en su taller en Lecco.
En el sitio web del pabellón uruguayo en Expo Milán, Atchugarry contó sobre el proceso de creación de esta obra: “Un día después de mucho tiempo, escuché su voz aún más nítida y entonces comencé a esculpirlo, pensando que esta maravilla de la naturaleza estaba viva y que necesitaba del arte para continuar su camino”.


A kilómetros de allí, en Amberes, Bélgica, el 1o de junio, la empresa multinacional de origen belga Katoen Natie, con motivo de su 160o aniversario, realizará una exposición. Titulada Arte desde América Latina, la muestra se presentará como la historia de la incorporación de la obra de Atchugarry a la colección de la compañía.
A su vez, se presentará el libro de igual nombre que, entre otros artistas latinoamericanos, también aborda la obra de Atchugarry y lleva en la tapa una pintura de otro maestro uruguayo, Joaquín Torres García.



El reconocido escultor uruguayo habla de su vínculo con el mármol y los objetivos de la fundación que lleva su nombre
La amoladora se escuchaba desde la ruta que cerca a la Fundación Atchugarry. Siguiendo el sonido constante de la máquina, la vista encontraba fácilmente una estructura de andamios, un blanco mármol en el centro y una nube de polvo que salía de él, como el humo de un gran cigarro vertical.
La herramienta ya había encontrado en la enorme roca las clásicas formas de las obras de Pablo Atchugarry. Ángulos, suaves curvas y huecos ya daban una precaria forma a la escultura, que demandará semanas de trabajo hasta quedar finalizada.


A metros de los andamios, como en un Stonehenge blanco y mucho más arbitrario que el monumento inglés, grandes mármoles esperaban su turno afuera del taller. Según Atchugarry, pueden esperar allí meses, incluso años, antes de que la inspiración indique el camino para encontrar el arte que esconden sus toscas aristas. "Son como gigantes que me están acompañando, de alguna manera marcando el tiempo", observó el artista.

Desde 1979 el nombre de Atchugarry es casi un sinónimo de su material predilecto: el mármol de Carrara. "Ya van hacer casi 40 años de ese momento, y sin embargo sigo trabajando en el mármol. Esa atracción, esa comunión existe, y se mantiene en el tiempo", afirmó.

En esos años, el escultor se ha transformado en uno de los artistas contemporáneos más importantes del país. Uno cuya obra es rotundamente celebrada en el exterior. Recientemente el escultor protagonizó los titulares noticiosos cuando una de sus obras, Untitled, fue subastada por US$ 439.500 en Christie's de Nueva York. Se trató de una cifra récord para el artista.


Es una obra que formó parte de la exhibición Ciudad Eterna, eterni marmi, una retrospectiva de 40 esculturas realizada en el Museo de los Foros Imperiales de Roma. "Todas las piezas de esa muestra tuvieron mucha visibilidad durante diez meses. El panorama era extraordinario y la muestra fue muy visitada", contó el artista.

"No sabemos nunca los detalles de quién la compra. Lo cierto fue que hizo este récord, que fue muy importante. Pero lo importante de todo es continuar en el taller. Cuando recibí la noticia me fui a las 3 de la mañana al taller en Italia a dialogar con los mármoles, y a seguir el camino", recordó Atchugarry.

Cuando una obra sale de sus talleres, sea en El Chorro o en Lecco (Italia), y aunque lleve su firma, para él ya no le pertenece. Cada una de ellas, afirmó su creador, pertenecerá desde ese momento a la humanidad.



En este afán de compartir su obra con el público, Atchugarry tuvo  la oportunidad de protagonizar muestras individuales en Nueva York y Londres. Asimismo, planea desembarcar  en San Marino.

En su país de origen, más allá de la muestra permanente en la Fundación, no exhibe desde 2008. "Aquí en la Fundación trato de traer obras que se queden, como La Piedad o un modelo de la obra que fue a la Bienal de Venecia en 2004. Son obras que van quedando y que quedarán para siempre como patrimonio cultural del país. Tuve un ofrecimiento para hacer una exposición en el Museo Blanes, que me gustó mucho el lugar. En fin, vamos a ir buscando posibilidades y me gustaría sí compartir con el público uruguayo".

El escultor está preparando un entorno especial para exhibir La Piedad. Se trata de una de sus primeras obras en mármol de Carrara, que realizó en Italia entre 1982 y 1983, y se inspira en la obra de Miguel Ángel. Es, por lo tanto, una de las creaciones más importantes para Atchugarry. "Tuvo una especie de peregrinaje en distintos lugares, y ahora hace 4 años que está aquí en Uruguay, para que sea su destino final. La idea fue construir una especie de capilla, un lugar de encuentro, de reflexión, donde va a estar solamente esta obra", contó el escultor.

La estructura angular en madera ya se puede ver en el predio de la Fundación, al borde del lago. Realizada por el arquitecto Leonardo Noguez, la capilla quedará finalizada el año que viene. "Todo va a estar en función de esta obra", concluyó Atchugarry.

Fundación Pablo Atchugarry

Días antes de fin de año, la Fundación Atchugarry, estaba en pleno armado de su primera exposición de la temporada. Este 2017 el espacio cultural cumplirá diez años con una ampliación no solo el parque de esculturas, sino también realizando exposiciones permanentes y temporales, además de actividades culturales y educativas orientadas especialmente a niños y jóvenes. "Nació un poco así: pensando en un lugar de encuentro entre artistas y entre artistas y público", contó su mentor. "Lo considero una especie de santuario, donde la energía de tantos artistas está presente".

La agenda de esta temporada está protagonizada por la muestra Vértigo - au rendez-vous de amis, que tiene su primera parada por Latinoamérica en la Fundación. Curada por Luca Massimo Barbero, reúne bajo un concepto común a tres artistas: Francesco Candeloro, Riccardo De Marchi y Arcangelo Sassolino –amigos y colegas desde hace más de 15 años– que crean sobre diferentes medios.



Consultado sobre sus desafíos para los próximos años, Atchugarry no se puso una meta en mármol, sino que colocó a la misma Fundación en primer lugar. "Es una obra en sí misma", dijo. "Es el equilibrio entre la naturaleza y el arte. Llevar la Fundación siempre adelante es un esfuerzo muy grande. Cada vez que viene un niño a la Fundación es un premio al camino que se está haciendo".
La vida y la familia son dos de las palabras muy importantes para Pablo Atchugarry. Y así lo deja claro en el tiempo que le concedió a ECOS para hablar de su hermano, pero también de ser un embajador sin cartera del país y de cómo el arte resultó ser la tabla de salvación -con la ayuda de dos padres sensibles- para el que aparentaba ser el menos brillante de los Tres Mosqueteros. Trabajo, siempre trabajo, es otra. 


- Usted trabaja con herramientas y materiales pesados, duros. ¿Qué tanto es artista y qué tanto es obrero?

-Creo que no hay ningún límite entre una cosa y otra. Todo mi trabajo pasa por las manos, por la parte física, por la ejecución manual. Mis horarios de trabajo son muy extensos, doce horas, todos los días, fines de semana, Navidad... El trabajo para mí es mi expresión, es la necesidad interior de sacar lo que uno tiene adentro. Y a la vez, esta fundación se ha transformado en una obra que se fue construyendo de a poco.

-El mármol de Carrara es duro, pesado. ¿Cuántas lesiones ha tenido? 

-Ah, muchas. Dedos fracturados, cortes acá en la piel (se toca las manos). Hace seis meses me operé en Italia del tendón supraespinoso (se toca el hombro izquierdo) que se desgastó por el trabajo. Los médicos me indicaron una gran convalecencia, de cinco meses. ¡Y al cuarto día trabajaba con una mano sola!
“ Hace seis meses me operé del hombro. Y a los cuatro días trabajaba con una mano... ”

-Con semejantes jornadas laborales, ¿cuál es su vía de escape? Si es que tiene una vía de escape.

-(Se ríe) ¡Al final de la noche termino planchado! Trato en casa de ver alguna película pero nunca la termino, siempre caigo frito antes. En verano me hago alguna escapadita a la playa, que me encanta, pero no siempre me puedo dar el gusto. Los proyectos siempre tienen fecha y si vos querés participar de alguna feria o una exposición hay que tener obras nuevas. Entrás en un circuito de responsabilidad, también.

HERMANO DEL MEDIO

Pablo viste muy informalmente. Jean, buzo anudado a la cintura y remera celeste, todo cubierto de polvillo blanco. Los pulmones son otra cosa a la que un escultor debe estar atento. “Lo bueno del mármol es que no tiene cilicio, a diferencia del granito. Pero igual es carbonato de calcio. No será tan nocivo, pero…”. De alguien que se pone a trabajar con mármol recién operado no cabe esperar demasiada aprensión por su salud.

El artista está casado en segundas nupcias con Silvana Neme. Tiene dos hijos, Catherine y Piero, fruto de su primer matrimonio. “Por desgracia”, aún no es abuelo. “Me encantaría tener nietos, ya los estoy pidiendo, pero estas generaciones haraganean un poco”. 

Las manos del escultor son grandes, acordes con su corpulencia: mide 1,90 metros y pesa unos 140 kilos. Físicamente, es la antítesis de su hermano Alejandro, dos años mayor, que era muy esmirriado. “Cuando éramos chicos, era exactamente al revés”, se permite reír. Eran los tiempos de la infancia en el barrio Atahualpa, en Millán y Espinillo, y en la escuela 14, donde no se puede decir que descolló como alumno.

- ¿Costó mucho ser el hermano del medio? Se dice que el mayor siempre es el orgullo de la familia, el menor es el mimado y el del medio queda ahí…

- ¡Yo siempre dije eso, bromeando! Éramos como los Tres Mosqueteros, un vínculo muy bueno. Pero Alejandro siempre era la voz de los padres, el que decía qué era lo que había que hacer. Yo era bastante travieso. Además, yo tenía dislexia, lo que hacía muy difícil la escolaridad. Nunca fui un buen estudiante, pasaba de año ahí nomás, ¡gracias a la buena voluntad de maestros y profesores! Y venía después de Alejandro, que era brillante. Marcos (el menor de los tres hermanos, reconocido psiquiatra) también era brillante. El arte fue mi tabla de salvataje. 

- ¿Cómo llegó al arte?

- Mi padre (Pedro Atchugarry), que era empleado administrativo de una empresa constructora, pintaba sábados y domingos en casa. Y me acuerdo que yo pintaba detrás suyo, agarraba los colores, enchastraba alguna cosa. Yo tendría 8 o 9 años. Mi padre y mi madre (María Cristina Bonomi) vieron mi vocación. Siempre la defendieron.

EMBAJADOR DE URUGUAY

En sexto de escuela, la maestra de Pablo dividió a la clase en equipos para estudiar los países. A su equipo le correspondió Italia. Su padre fue al consulado a conseguir material de trabajo. Pero en vez de traer “lo habitual” (Roma, Florencia, Venecia) consiguió información del Lago de Como y el mármol de Carrara. “Y hoy vivo en un lado y trabajo con ese material. ¡Eso no puede ser sino el destino!”.



Pero el destino no parecía tan claro en los años ’70. Pablo tenía un trabajo part-time mostrando apartamentos para una constructora. Pero se había decidido a vivir del arte y para eso, necesariamente, debía irse del país. Comenzó con la pintura y luego pasó a la escultura. Primero Uruguay, luego la región, después Europa; hoy, el mundo. Antes de haber hecho más de 2.000 obras, antes de su muy reconocida versión de “La Piedad”, de 1982, de que Christie’s subastara una escultura suya en 439.500 dólares y que el nombre Atchugarry llegara a todo el mundo de la plástica, el puchero era más bien un caldo. 


- ¿Cuándo tomó la decisión de irse?

- Tenía 23 años. Había hecho cosas en hormigón, arena y portland, pero estaba trabajando en pintura. En ese momento era impensable mover esculturas. Me acuerdo que me tomaba los ómnibus de TTL en Plaza Libertad con destino a Porto Alegre, Rio, San Pablo, Brasilia, con las pinturas en la bodega, en viajes de 50 y pico de horas. Trabajaba con figuraciones de personas, algo expresionista. En el ’77, crucé el Atlántico, pero siempre pensando en volver. Estuve varios años yendo y viniendo, en las Líneas Aéreas Paraguayas. Los paquetes atados con hilo sisal. Y de ahí a la aventura. No me instalaba, llevaba una vida nómade. Dejaba valija y cuadros en casa de amigos, en París por ejemplo, y de ahí me iba a todos lados. Recién me instalé en 1982, en Lecco. 

- ¿Qué fue lo pasó?

- Me encargaron hacer “La Piedad”. Ya estaba metido en la escultura, a la que había vuelto en 1979. Yo seguía mucho la obra de Miguel Angel, que para mí es el artista más grande de todos los tiempos. Yo quería homenajearlo de alguna manera. Y un amigo sacerdote encontró medios muy modestos para lograr ese propósito; me quedé a vivir en la casa de su hermano y su cuñada. Había arreglado un dinero mensual, un millón de liras, que era un “sueldo” para poder trabajar. Había venido mi mujer y mi hija, que era recién nacida. Como teníamos casa y comida, los gastos eran limitados. Pero primaba el espíritu quijotesco. Me llevó un año. Recién ahí se vislumbró la idea de ser sedentario, porque empezaron a aparecer otros encargues. A partir de 1982 me quedé fijo en Italia.

-¿Usted se siente embajador de Uruguay?

- (Piensa) Creo que todos lo somos. Los uruguayos que están adentro y afuera. Los de afuera con mayor razón.

- Pero no todos los uruguayos tienen su notoriedad.

-En ese sentido, yo me siento sí, de alguna manera, embajador. Pero no lo quiero hacer personal. Digamos… que siento una gran responsabilidad. Hay gente que ha llegado aquí, a la Fundación, y me cuenta que ha visto mi obra en Hong Kong, Singapur. Otros me han dicho que han viajado hasta acá solo para conocerme. Ahí uno se da cuenta de esas cosas.
“ Hay quienes han viajado hasta acá solo para conocerme. Ahí uno se da cuenta de esas cosas. ”



- ¿Qué le pone precio a una obra?

- Es extraño, un tema de oferta y demanda. Además, en una subasta se pueden encaprichar dos personas y medir su poder en torno a una obra. El mundo de la economía del arte es diferente. A mí me gusta más el mundo de la apreciación. La del niño que ve la obra. Me acuerdo de una niña de cuatro años, de preescolares, que vino acá con su clase. “Yo cuando sea grande voy a vivir acá”, decía. Andaba correteando por el parque. “Y voy a dejar todas estas esculturas”, decía también. ¡Y por algo las quiere dejar! Eso te hace pensar que estás dejando algo. 

- ¿Uruguay es un país propicio para el arte? 

- Este es un país muy propicio para el surgimiento de artistas. Prueba de ellos es la cantidad de creadores de gran talento que tenemos. Pero eso no va de la mano con un mercado del arte que permita vivir de él. Todo apoyo ayudaría, sea estatal o privados. Hay que darse cuenta que, como ocurre en el fútbol, en cada generación puede haber un Torres García. Y quizá en la que viene haya un Atchugarry. 

- ¿Siente que está dejando algo perdurable en el arte?

- Yo espero que la historia haga mi juicio. Por ahora trabajo, no quiero perder tiempo en autoevaluarme.

- En un país muy politizado, hubo una enorme unanimidad respecto a su hermano cuando falleció. Usted que está afuera la mitad del tiempo, ¿cómo ve a la sociedad uruguaya de hoy?

- Veo que hay una idiosincrasia que es buena, propia de un tiempo pasado. Pero aún hay mucho para mejorar, demasiado. Uno ve el informativo y ve la violencia, que va más allá de las estadísticas. Me acuerdo de que se podía ir al fútbol con la familia. Íbamos con mi madre, que no le interesaba ni entendía nada: “¿Por qué no le dan una pelota a cada uno así no se pelean todos por una?”, nos decía. Pero apechugaba y nos llevaba. Esos valores no los podemos perder. Habría que hacer un esfuerzo colectivo, más allá de las responsabilidades de quien esté al frente de la nave. Pero todos tenemos que aportar un granito de arena. 

- ¿Y usted qué aporta?

- Acá nosotros tratamos de hacer que los chiquilines se sientan artistas. No se va a arreglar el país por esto, ¡pero empecemos a hacer algo! Vamos a escuelas públicas e invitamos a los niños acá, por ejemplo. En el área didáctica, los niños pintan fragmentos de mármol y cocen barro. Esos intercambios sirven. En el anfiteatro han actuado artistas como Jaime Roos, Ruben Rada y el Ballet Nacional del Sodre, siempre con entrada gratuita. La idea mía con este lugar es que la gente sintiera que no hay barreras para el arte. Por suerte, lo han entendido."


Solo Uso educativo.
Ver:
worldgalleryart.wordpress.com/2008/06/16/pablo-atchugarry-expone-en-la-albemarle-gallery-de-londres/
http://galeriasur.com.uy/portfolio/pablo-atchugarry/