Templo expiatorio de la Sagrada Familia.
En 1883, Gaudí con 32 años, acepta la propuesta de continuar
con la construcción del Templo. Lo había iniciado con un perfil neogótico el
Arquitecto Paula de Villar y había sido financiado hasta ese momento por diferentes
donaciones de los fieles. Gaudí lo convertirá en la obra de su vida y va a
utilizar la geometría para simular diferentes formas de la naturaleza. Todos
los elementos surgen de cálculos profundos y siempre buscando mantener el
simbolismo religioso.
Gaudí sostenía: “ se que el gusto personal de los
arquitectos que me sucederán influirá en la obra, pero esto no me duele; creo
que incluso beneficiará al Templo, marcará la variedad del tiempo dentro de la
unidad del plano general” La verdad es que en 1936 un incendio destruye todos
sus dibujos y notas quedando solo los modelos en yeso. En la actualidad con el
avance de la informática permitieron
conocer sus leyes geométricas y continuar las obras según sus
parámetros. Barcelona afirma que se culminará la obra en el 2026.
Ficha técnica:
Nombre: Templo expiatoria de la Sagrada Familia.
Arquitecto: Gaudí, Antoni. 1882-1926
Localización: Barcelona
Dimensiones: Naves y ábside 90 metro de largo, transepto 60m
de largo, Nave central 15 metros de ancho.
Exterior
Edificio vertical presidido por 18 torres con una altura
media de 100 metros rodeada de un gran claustro. Presenta tres fachadas grandes
con cuatro torres campanario que estas dedicadas a los 12 apóstoles. Sobre el
cimborrio la Torre de Jesucristo de 170 metros de altura y rodeándola la torre
de la virgen sobre el ábside y las cuatro torres de los evangelios. Gaudí
desarrolló en los huecos ventanales
calados con una pestañas inclinadas que contiene campanas tubulares.
Interior.
La planta es de cruz latina siguiendo el modelo gótico. Un cuerpo central de cinco naves, un transepto
de tres naves con portadas en ambos extremos. El ábside con deambulatorio de
siete capillas y cripta. Para Gaudí el interior del templo imita un bosque. Las
columnas son troncos que se abren en ramas que sostienen copas frondosas. La
luz de los ventanales se filtran a través de los árboles y en diferentes
alturas. Las columnas inclinadas se ramifican con la finalidad de que las ramas
sostengan la cubierta en diferentes puntos. Las bóvedas se sostienen en las
ramificaciones por eso se prescinde de los contrafuertes exteriores. Con este
planteamiento las cargas son divididas y desviadas hacia la base. Las bóvedas
son superficies estrelladas con múltiples figuras geométricas donde la luz
penetra hacia todo el recinto. Este tipo de trabajo se llama sistema
arborescente y logra superar las limitaciones del Gótico. La idea de Gaudí era
que el fiel al ingresar al Templo tuviese una visión unitaria desde la entrada
hasta el fondo del ábside, con el altar mayor y el prebisterio.
Ver:
Arterama. Página 160
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